Como docentes nos exigimos ser creativos, divertidos, innovadores y esperamos algo más de nuestras clases. Por supuesto que nuestra meta principal es que los alumnos y alumnas de nuestras clase aprendan, pero también buscamos algo más, hacer una diferencia.
Puede ser una ambición pequeña, individual que solo logremos que esa persona que aprende con nosotros descubra un mundo nuevo como también podemos llegar a sus hogares, a la comunidad, al mundo.
20 inventos que salvarán nuestro planeta
Existen proyectos que buscan una solución a la contaminación y el calentamiento global
Un grupo de científicos de California en 2013 pusieron en marcha el ‘Glowing Plant Project ’, que utiliza la biología sintética para crear plantas capaces de producir luz sin calor y sin riesgos para el medio ambiente. La idea es reemplazar los medios tradicionales de iluminación y, en un futuro, obtener plantas fosforescentes en lugar de las lámparas domésticas y árboles en lugar de farolas.
Están también la pila ecológica que se recarga indefinidamente con el movimiento, la chaqueta con paneles solares, capaces de recargar nuestro móvil, la bicicleta que suministra electricidad al pedalear o la huerta esférica doméstica.
Limpiar mares y océanos
Entre los proyectos más ambiciosos y mejor encaminados se encuentra ‘ The Ocean Cleanup ’, creado en 2013 por el joven holandés Boyan Slat. Es un ingenioso sistema capaz de interceptar la mayor parte del plástico que infesta los océanos del mundo. Hablando de la limpieza de los mares, los científicos de la Universidades de Rice y de Pensilvania han desarrollado unas nano-esponjas que absorben el petróleo derramado en los océanos, para gestionar así desastres ambientales tales como el hundimiento de un petrolero.
Energía solar y eólica
En el campo de la energía, Cool Earth Solar es un proyecto para el establecimiento de nuevos paneles solares esféricos: los ‘globos solares’ amplifican la potencia de los rayos, algo que les permite trabajar incluso con mal tiempo. La turbina eólica Altaeros BAT, en cambio, es una idea de una empresa de Massachusetts y prevé la colocación de una turbina eólica dentro de un globo de helio. Más económica que un modelo tradicional, una vez en vuelo, la BAT puede almacenar al menos el doble de la energía recogida por una turbina instalada en el suelo.
Panel solar casero experiencia para el aula
El problema del agua potable
Según la OMS, en el año 2025, 3,4 mil millones de personas no tendrán acceso al agua potable. Por ello, muchos de los esfuerzos tecnológicos para mejorar las condiciones del planeta y de las personas se relacionan con el problema del agua.
Drop 99 es un filtro portátil y de bajo coste que se engancha a la botella y limpia el agua contaminada. Su pequeño agujero evita la entrada de sustancias nocivas y las paredes de iones de zinc previenen la proliferación de bacterias. Está en marcha una campaña de crowdfunding para llevar el proyecto adelante y poder donar los filtros a los países subdesarrollados. Tiene el mismo objetivo, el Fair Cap , creado por el peruano Mauricio Cordova: un filtro hecho con la impresión 3D, que puede purificar el agua.
Crear un filtro de agua casero, experiencia para el aula
Un equipo de investigadores del MIT ha inventado un dispositivo que funciona en desiertos para recoger agua del aire. Y todo ello con el objetivo de crear una fórmula para que las poblaciones que no tengan acceso a agua potable por la sequedad del ambiente consigan un medio de obtenerla.
La escasez de agua en zonas áridas, donde las temperaturas son altas y la sequedad asfixia, parece un problema irresoluble. De donde no hay no se puede sacar, como se suele decir, aunque a esta expresión popular se le puede aplicar otra ración de sabiduría popular: hay que buscar mejor.
Esto es lo que pretende hacer el dispositivo inventado por un equipo de científicos del MIT. Y, desde luego, es lo que hace el propio dispositivo: buscar donde parece que no hay. La investigación se ha publicado en Nature Communications , y está orientada a conseguir agua en zonas desérticas.
El dispositivo creado en el seno del MIT extrae agua del aire incluso en las áreas donde menos humedad existe. Hasta en un desierto este dispositivo logra extraer agua del aire, algo admirable en comparación con los métodos que existen en la actualidad.
Y es que, otras tecnologías permiten convertir en agua el vapor de agua que flota en la atmósfera. Pero este proceso está supeditado a la humedad de la zona. Si se practica en un lugar donde la humedad está cercana al 100%, como en condiciones de niebla, se puede hacer. Incluso si la humedad es del 50% o superior.
Pero hasta el momento no se había logrado una tecnología que extrajera satisfactoriamente agua del aire en condiciones de extrema sequedad. En estos lugares, como desiertos, la humedad se sitúa en niveles tan bajos que llega al 10%. Y es en estos sitios donde el dispositivo del MIT se diferencia del resto.
Por el momento se ha probado a pequeña escala, pero si el proceso se escala los resultados pueden ser sorprendentes. Los investigadores señalan que en este caso se podría conseguir más de un cuarto de litro al día por cada kilo de aire. Aunque también apuntan que eligiendo los materiales óptimos para crear el dispositivo se podrían multiplicar por tres los resultados actuales.
Entre las ventajas del nuevo invento también figura el hecho de que no tiene partes móviles. Nada de compresores ni bombas. Con lo que el dispositivo puede operar de forma totalmente pasiva. Sin duda, la eficiencia de esta tecnología es mayor que las que emplean elementos de corte mecánico.
¿El futuro? Para los investigadores pasa por escalar el sistema y tratar de aumentar su eficiencia. Todo ello con el objetivo de crear una fórmula para que las poblaciones que no tengan acceso a agua potable por la sequedad del ambiente consigan un medio de obtenerla.
Experiencia de reciclaje de papel
----------------------------------------------------------------------
¿Cómo enseñar ecología en la escuela?
La ecología es la defensa y protección de la naturaleza y del medio ambiente. En otras palabras, es el modo de conservar este planeta. Por tanto, es esencial que la ecología se enseñe en las escuelas desde temprana edad. Los niños serán los responsables de cuidar el planeta en el futuro.

El planeta lo conforman el mar, la tierra y el aire, y el cielo forma parte de la Naturaleza. Aprovechemos la magia para iniciar a los pequeños en la astronomía. Bastará con principios básicos, que podemos aprovechar para aprender también nosotros, e ir enseñándoselos cuando contemplemos juntos el cielo.
¿Cómo enseñar ecología en la escuela?
La ecología es la defensa y protección de la naturaleza y del medio ambiente. En otras palabras, es el modo de conservar este planeta. Por tanto, es esencial que la ecología se enseñe en las escuelas desde temprana edad. Los niños serán los responsables de cuidar el planeta en el futuro.
La ecología estudia, más concretamente, las relaciones de los seres vivos con el medio ambiente y, también, el transporte de materia y energía y su transformación por parte de los organismos vivos. Más allá de esto, y teniendo en cuenta que el ser humano es el organismo vivo que más influye en el planeta, la ecología debe ocuparse de cómo el hombre está cambiando el medio ambiente. O, quizá fuera mejor otra perspectiva: cómo puede el ser humano desarrollarse y disfrutar de una buena calidad de vida sin perjudicar a la naturaleza.
La enseñanza de la ecología en las escuelas no significa necesariamente ir al campo a conocer la naturaleza. El medio ambiente es todo, también la ciudad. De este modo, enseñar ecología en la escuela es salir al patio, a la ciudad y observar los procesos naturales: el medio ambiente es un río y una montaña, pero también los árboles que hay en las ciudades, un charco o un insecto que viva en el patio del colegio.
Por otra parte, es preciso incidir en asuntos como la reutilización y el reciclaje, así como en el ahorro de recursos (agua, energía...) y en la importancia de reducir el consumo en general.
Es una buena idea enseñar ecología con casos prácticos. Por ejemplo, se puede enseñar a los niños a elaborar abono natural con desechos como restos de patatas o zanahorias u hojas caídas. Después, para completar el proceso, se debe usar ese compost para sembrar algún tipo de verdura o fruta. Con la ventaja de que los niños, una vez que se recojan los alimentos, se los pueden llevar a casa para consumir.
También se pueden usar otros residuos para fabricar nuevos objetos y enseñar el concepto de reutilización.
Todo parece indicar que, la protección y restauración del planeta y la biodiversidad, va a ser el problema más importante al que el ser humano tenga que enfrentarse en este siglo XXI. Por ello, es importante llevar a cabo actividades para cuidar el medio ambiente, especialmente aquellas dirigidas a los más pequeños y que pueden ayudar a crear conciencia en los niños para que desde la infancia se sientan identificados con la causa y se les conciencie de la importancia de cuidar el entorno y la naturaleza.
El conocer y practicar la ecología requiere, como todo, de un proceso de aprendizaje. Generar conciencia ecológica en los niños es tan positivo como necesario, ya que ellos lo adoptarán como modo de vida de forma natural. ¿Cómo hacerlos comprender la necesidad de ahorrar energía o entender la importancia de reciclar? Haciendo de la responsabilidad ecológica un juego. Es por eso que a continuación te vamos a explicar cómo hacer una educación ecológica para niños: aprender a cuidar el medio ambiente a través del juego y el pasarlo bien.
Tanto dentro de los muros domésticos como en exteriores se pueden llevar a cabo sencillas prácticas que impulsarán la conciencia verde en los niños de manera automática. Aunque las escuelas aboguen cada vez más por una educación de este tipo, la enseñanza comienza en casa. Puedes buscar y reproducir vídeos de dibujos animados que expliquen la importancia de ser ecológico, haciendo que se entretengan al mismo tiempo que reciben el mensaje. En Internet encontrarás bastantes sin coste, no hay mejor forma de captar la atención de un niño que ofrecerle algo que lo divierta.
Asimismo, es preciso fomentar la diversión a partir de juegos de mesa. Ya existen en el mercado juegos educativos ecológicos destinados a niños, en los que cada jugador tiene que ocuparse de preservar bosques y selvas, conservar el agua... Explícales por qué no puedes comprarles todos los juguetes que piden al no ser necesario tener tantos y promueve la creación de muñecas de trapo caseras o de serpientes a partir de calcetines viejos. En realidad, cualquier actividad manual que reutilice materiales y podáis hacer en familia les complacerá muchísimo. Además, cada miembro familiar puede plantar semillas diferentes en envases de yogur, animándolos a que ellos mismos sean los responsables de cuidar su pequeña creación.
Otro paso es alentarlos a tomar una responsabilidad ecológica a la hora de ahorrar energía o reciclar. Diseña una infografía manual al lado de la basura con vistosos colores explicando de forma clara y concisa cómo y dónde reciclar cada material. Para ello, puedes reproducir sus dibujos animados preferidos o incluso hacerlo en forma de cómic. Cambiarlo con frecuencia despertará el interés de los pequeños. Así, cuando ellos vayan a desechar restos de comida o un cartón de cereales, siempre sabrán exactamente en qué recipiente depositarlos. También puedes organizar competiciones dentro del núcleo familiar para ver quién es semanalmente más ecológico. Por ejemplo, incorporando un medidor de agua en la ducha, asignando un número determinado de folios máximo por persona, etcétera.
Las actividades al aire libre son también de gran utilidad. Con ellas, les enseñamos a conectar con la naturaleza, a valorar al medio ambiente y, por tanto, desarrollar un respeto por él. Será muy beneficioso y agradable dar un paseo en bicicleta toda la familia con pícnic posterior. Organiza "búsquedas del tesoro" por un parque pequeño, dejando pruebas con pistas en diferentes lugares del mismo. Llévalos de visita al zoo o al acuarium. Enséñales los tipos de árboles y a que aprendan a diferenciarlos por sus hojas. En conclusión, intentar que amen lo natural, enseñar a no gastar más energía de la necesaria y llevar a cabo el reciclaje como algo innato a través de juegos y actividades impulsará su responsabilidad ambiental.
Sensibilizar a los niños en la protección de la Naturaleza es más fácil si la educación se viste con el irresistible disfraz del juego. En efecto, las actividades lúdicas son un modo estupendo de atraer la atención de los más pequeños de la casa hacia la belleza y riqueza del entorno. No entendido desde un enfoque práctico, sino acercándolos a su esencia para que conozcan y valoren su alma.
Descubrir, comprender y amar
Las actividades que propondremos a continuación buscan crear ya desde la más tierna infancia un sentimiento de conciencia ecológica para que a lo largo de su vida les sirva como enseñanza. No en vano, además de heredarlo en buenas condiciones, un reto de los adultos, a ellos les corresponderá luego cuidarlo y ser sus mejores protectores.
Para lograrlo, nada como ayudarles a descubrir el entorno sin invadirlo, disfrutando de él como observadores privilegiados del gran espectáculo de la vida. Solo así podrán comprenderlo y, como dice la famosa frase, finalmente conocerlo será amarlo. Solo entonces habremos cumplido nuestro cometido como educadores.

Preservar la biodiversidad
Las actividades lúdicas que permiten sensibilizar a los niños en favor de la preservación de la biodiversidad muy a menudo están relacionadas con la exploración de la Naturaleza. Las posibilidades son tantas como nos dicte la imaginación.
Podemos animarlos a hacerlo como si fueran aventureros. Siempre bajo la supervisión necesaria, por supuesto, pero dejando que se equipen como si fuesen exploradores, con sus mochilas, sus prismáticos, su brújula, sus chirucas... y sin olvidar la ropa cómoda, hidratación y sombreros o gorras para la protección solar.
No se trata de recibir una clase magistral en el campo sino de dejar que se hagan preguntas, y ayudarles a responderlas. Ser imaginativos es un plus que ellos agradecerán y les ayudará a implicarse.
La riqueza del ecosistema abarca desde lo que se ve de un simple vistazo a todo un mundo microscópico, por lo que pueden equiparse también con lupas para observar a los insectos o cualquier otro detalle. Siempre sin molestar a los animales, tocarlos ni mucho menos cogerlos o maltratarlos.
Conocer lo pequeño y lo grande, ser conscientes de la complejidad de los ecosistemas, de su constante bullicio y actividad les hará sentirse parte de un todo, y comprender la importancia de preservar a las especies.
Igualmente, al llegar a casa, con el acopio de materiales naturales realizado (hojas secas, arena, piedrecitas, conchas de mar, etc.) pueden hacer manualidades muy divertidas y creativas. O, simplemente, pueden hacer dibujos sobre su día de paseo, colorearlos, hacer una pequeña maqueta de un ave o de un árbol con papel reciclado...
Lecturas verdes entre el verde
Idealmente, podemos aprovechar las salidas al campo para que los peques se diviertan leyendo. Si queremos evitar las protestas y el aburrimiento, dediquemos un tiempo a elegir títulos de forma casi casi estratégica.
La clave para convertir la lectura en un acto lúdico está en la buena elección de los títulos y, en el caso de los más pequeños, en leerles cuentos en voz alta, teatralizando incluso. Si la historia no les engancha puede producirse el efecto contrario, y provocar rechazo.
Lógicamente, también podemos hacerlo en modo digital, con tabletas o ebooks y, si nos sentimos creativos, escribamos nuestros propios cuentos y hagamos sesiones de lectura en voz alta buscando la participación de los peques.
A la caza del tesoro
Jugar al escondite, pasar la pelota, al escondite u organizar una búsqueda del tesoro hará que los niños pasen preciosos momentos en plena Naturaleza.
Jugar con la arena o la tierra también es interesante, si bien conlleva un cierto riesgo en lugares donde se encuentren ciertas bacterias. Se trata de una situación excepcional, y por lo general ensuciarse con barro y, en general, jugar al aire libre les hará sentirse cercanos a ella, al tiempo que mejorará su comportamiento.
Entre otros efectos, favorece su autoconfianza, sociabilidad, les ayuda a valorar los riesgos y dificultades por sí mismos, al tiempo que les ayuda a descargar estrés y fomenta su imaginación. Aprovechemos estos beneficios para canalizar su energía sin fin a juegos y actividades que los haga conocer mejor y apreciar el entorno.
La jardinería o la agricultura ecológicas son una opción fantástica para que se diviertan y aprendan estos valores verdes. Iniciarlos en el cuidado de sus propias plantas significa desde presencial el pequeño gran milagro de la vida hasta, por ejemplo, recoger sus propias cosechas, fotografiar sus flores y, en fin, disfrutar de la Naturaleza participando activamente en su crecimiento.
De hecho, responsabilizarse de sus plantas les hará sentirse orgullosos de ellas, de lo bonitas que luce, de cómo crecen, y de cómo han superado tales o cuales dificultades con su ayuda.
Apenas entramos por la mañana a la escuela o si vamos de campamento
El planeta lo conforman el mar, la tierra y el aire, y el cielo forma parte de la Naturaleza. Aprovechemos la magia para iniciar a los pequeños en la astronomía. Bastará con principios básicos, que podemos aprovechar para aprender también nosotros, e ir enseñándoselos cuando contemplemos juntos el cielo.
Mirar las estrellas es una bonita actividad que puede dar lugar también a la invención de cuentos que tendrán un algo especial inolvidable. Y, aún mejor, aprovechemos una noche de acampada para inventar una canción inspirándonos en la belleza de una noche estrellada y cantémosla acompañándonos de una guitarra o una armónica.
------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario